Desgarrar

Ilustración portada: Tithi Luadthong

Michael Rivera Marín

Colección Vintage Pulp

Sietch Ediciones

2020

Michael Rivera Marín no es un aparecido en esto del horror, viene desde hace un buen rato asustándonos con sus cuentos, desde su primera novela “Funeral en Rieles” y en cada una de las antologías de cuentos de terror, su nombre es habitual haciendo gala de un estilo claro y pulcro que no deja detalles al azar entregando historias potentes, creíbles y donde lo fantástico siempre está presente inclusive cuando el horror es parte de la normalidad cotidiana. Y es eso, exactamente, lo que realiza en esta colección de cuentos presentados por Sietch Ediciones (https://www.sietchediciones.cl/) en su colección Vintage Pulp, que ya cuenta con títulos buenísimos de autores de primer nivel, siendo Michael Rivera Marín nuestro invitado a leer ahora.

La literatura fantástica de horror y terror en Chile es bastante más común de lo que podríamos creer, pero en su mayoría sus trabajos carecen de detalles creíbles y generalmente tienen como inspiración el horror cósmico de Lovecraft. Es en este sentido, donde Michael Rivera Marín se distingue puesto que hace gala de un estilo refinado, muy propio de los buenos escritores de horror y siempre con narraciones que obligan a una relectura, porque Rivera es experto en jugar con nuestra mente. Y como buen maestro, nos deja pistas que nos llevarán a dudar qué es correcto o si la acción está justificada o no.

Así se nos presenta Desgarrar compuestos por ocho cuentos y una nouvelle: Sinfonía H, publicada anteriormente en el 2015 por Editorial Olga Cartonera (https://olgacartonera.cl/), en el que el autor nos muestra la maestría para mantenernos atentos a su clase, donde es un profesor exigente y que sabe perfectamente de qué está hablando.

Cada uno de los cuentos mantiene la hermosa impronta de la sorpresa y va dejando un rastro de sangre y mutilaciones que seguiremos ávidos de más, porque el autor tiene esa destreza para dejarnos perplejos ante las motivaciones de los protagonistas de cada uno de los cuentos y en algunos casos, quizás, el demonio que vive dentro de cada uno nos pondrá del lado de quien causa el horror, como en el cuento “Compañera de Curso”. Sólo les diré que muchos tuvimos algunas ganas de hacer lo mismo que sucede en este cuento con harto gore. En cambio, en “Fiesta por las Arañas” la motivación puede perturbar a más de alguno y es algo tan cotidiano que lo vemos en cualquier matinal, así que no se sorprendan si este cuento les parece familiar.  En “No Fallarás” el hastío y la rutina son los motivos para acabar en una muy interesante forma de empezar el recreo.

Cada uno de los cuentos mencionados sólo nos dice que somos testigos de actos como estos y no nos parecen raros, pero también desde la distancia sabemos que, a veces, la gente normal se tiene bien merecido lo que les ocurre.

Michael toma el tema de las posibilidades sobrenaturales y el horror cósmico en un cuento increíblemente intenso como es “Teocidas”, donde en un ritual estos seres asesinos de dioses vienen una vez al año por sus hijos humanos. Acá el autor deja a nuestra imaginación todas las posibilidades del horror y lo ominosa que puede ser la existencia cuando no somos los amos de la creación.

Los otros cuentos muestran inquietantes posibilidades que van siempre más allá de la lógica para situar al protagonista, y a nosotros, en atmósferas inquietantes y sin salida. Ese es el caso del cuento “Dedo Pez” donde la naturaleza hace lo suyo, e “Inundación” en el que un niño se hace amigo del agua de una manera bastante diferente a la amistad que teníamos en los veranos con los grifos abiertos. Estos cuentos nos dejan con un sabor agridulce, pero lo agradecemos ya que se nos mostró una faceta que no vimos antes.

Michael Rivera Marín hace un homenaje de una ternura muy lúcida a unos de sus autores favoritos y de quien no niega su influencia dedicándole “Experiencia Primigenia”, un cuento dedicado a un niño HP Lovecraft. Sólo les diré que, honestamente, me hubiera gustado tener amigos así de niño.

Pero donde despliega todo su talento es en su nouvelle: “Sinfonía H”, su finura en cómo se debe hacer un buen relato se consolida, se diferencia de otros escritores del género y, con maestría, nos hace un relato sinfónico donde cada personaje tiene una estructura propia que dará vida al todo de esta obra. Esto lo contrasté con su primer trabajo “Funeral en Rieles” en el que el relato estaba centrado en los personajes, acá en cambio es la historia en su dimensión más integral que se va transformando en un personaje y la trama se va desarrollando de manera ágil pero que va dejando dudas que obligan a releer. Iremos encontrando hilos distintos que harán de este viaje algo muy complejo pero a la vez muy entretenido y, al ir descubriendo esos matices, logramos armar el rompecabezas que nos propone el autor que nos va a entregar una visión escalofriante de la realidad donde cada uno de los personajes, igual que el lector, entrará a una dimensión fantástica de donde no sabemos si queremos o no estar.

Hay algo inquietante en los relatos de Michael Rivera Marín, ya que nos propone la normalidad de lo fantástico, esa de la que nos enteramos por las noticias cuando sorprendidos sabemos que ese vecino tan agradable asesinó a sus hijos porque escuchó voces de seres de otra dimensión y debía sacrificarlos.

Ciertamente, Michael Rivera Marín nos hace empatizar con sus personajes, nos guste o no, el mal está en nosotros en partes iguales al bien y esa dualidad la explota de manera soberbia en su trabajo y nos demuestra por qué se diferencia de manera notable de otros escritores que sólo se quedan en un relato generalizado, sin ahondar en la oscuridad más oculta del ser humano.

Incluso me permito la atribución de parafrasear al mismísimo Stephen King y decir sin mucho temor que “he visto el futuro del horror y su nombre es Michael Rivera Marín”.

Siecht Ediciones logra otro acierto al incluir, en la Colección Vintage Pulp, a tan excelente escritor nacional que merecemos conocer, no solo por sus historias, sino que también por la música que acompaña a cada relato, con un código QR en su interior, logrando que la atmósfera sea la precisa.

¡Disfruten!

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